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Pasos matemáticos cruciales para el ensayo de cirugías con copias virtuales de cada paciente

Accidentalmente, un cirujano mata a un paciente, deshace el error y comienza de nuevo. ¿Pueden los matemáticos hacer realidad esa idea de la ciencia-ficción? Se aproxima con rapidez el día en que un cirujano pueda practicar sobre el "doble digital" de su paciente (una copia virtual del cuerpo de éste) antes de realizar la operación quirúrgica real, según el matemático Joseph Teran Ph.D.  en 2005 en Stanford University. y actualmente docente investigador de la UCLA: University of California de Los Angeles  está ayudando a hacer viable una tecnología para la cirugía virtual.  


Las ventajas de esta nueva tecnología salvarán vidas. "El cirujano puede permitirse cometer errores sin consecuencias cuando utiliza un simulador, y aprender de sus errores", explica Teran. "Si comete errores, puede deshacerlos como lo hace cualquiera que se equivoca al teclear una palabra en un documento usando un procesador de textos. Volver a empezar es un gran beneficio de la simulación. La simulación quirúrgica está llegando, no hay ninguna duda sobre esto. Es una alternativa más barata frente a los cadáveres y una alternativa más segura para los pacientes". Los pacientes pueden ser escaneados y entonces es posible generar un doble digital tridimensional. Es una copia virtual del cuerpo del paciente, incluyendo sus órganos internos. El cirujano hace primero la operación quirúrgica en el paciente virtual. Con un simulador, un cirujano puede practicar un procedimiento decenas o cientos de veces. Cuando está clara la mejor forma de realizar la cirugía, entonces el paciente acudirá al hospital para ser operado. Ahora, ya puede hacerse un doble corporal tridimensional digital de cualquier persona, pero actualmente eso requiere la labor de 20 especialistas entre seis y nueve meses. En un futuro cercano, un único técnico podrá hacerlo en cuestión de minutos. La disponibilidad fácil de esta tecnología permitirá a los cirujanos cometer menos errores sobre los pacientes reales. El único factor limitante es la complejidad de la geometría involucrada, pero Teran y sus colaboradores están trabajando en eso. La tecnología será especialmente útil para nuevos tipos de cirugías, que por su carácter novedoso no hayan podido ser ensayadas tanto como sería deseable. 

Joseph M. Terán  Docente UCLA
Hacer realidad la cirugía virtual requerirá resolver ecuaciones matemáticas, operaciones de cálculo multivariado, así como progresar en la geometría computacional y en la informática. Siendo un experto en matemáticas aplicadas, Teran trabaja en estos campos; él desarrolla algoritmos para resolver las ecuaciones. Los adelantos hechos por Teran y otros científicos en la geometría computacional, ecuaciones  y la computación a gran escala están acelerando la viabilidad práctica de la cirugía virtual.
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Resuelto el problema de Nash

DOS JÓVENES MATEMÁTICOS ESPAÑOLES RESUELVEN UN PROBLEMA PLANTEADO POR JOHN NASH EN LOS AÑOS SESENTA. Las técnicas empleadas sorprenden por su sencillez y por su novedoso enfoque.
Publicado por Instituto de Ciencias Matemáticas el 14 marzo, 2011 

Imagen de Película: Una mente brillante

El famoso matemático John Nash, cuya vida ha inspirado la película Una mente maravillosa, enunció a mediados de los años sesenta –durante uno de los periodos en que su brillantez matemática dejaba en segundo plano a su enfermedad mental– una conjetura relacionada con un concepto que los matemáticos llaman ‘singularidad’. Ahora, dos jóvenes matemáticos españoles, Javier Fernández de Bobadilla y María Pe Pereira, la han resuelto. Su trabajo está siendo toda una sorpresa para los especialistas en el problema de Nash. Fernández de Bobadilla y Pe Pereira han demostrado la conjetura con un abordaje muy novedoso y en sólo tres años de trabajo. 

John Nash
El problema de Nash es de matemáticas ‘puras’, es decir, no tiene aplicaciones fuera de la propia matemática. Al menos, no a corto plazo: “Ahora entendemos algo importante que antes no entendíamos, y eso acabará teniendo aplicaciones”,  y “Un matemático lanza una conjetura cuando intuye que algo es cierto pero no lo puede demostrar; el esfuerzo por demostrar las conjeturas hace avanzar las matemáticas, y las matemáticas no son sino la forma más rigurosa de pensamiento”, dice Fernández de Bobadilla.


Como ocurre con muchos problemas matemáticos, los resultados han llegado tras tres años de intenso trabajo. La teoría de singularidades es un tema transversal donde convergen técnicas de muchas áreas de las matemáticas, como la geometría algebraica, la topología, la geometría diferencial, el análisis. 

METERSE EN UNA ‘SINGULARIDAD’
¿Qué fue lo que Nash conjeturó a principios de los años sesenta pero no pudo demostrar? La intuición de este matemático, premio Nobel de Economía en 1994 y que a sus 82 años sigue en activo en la Universidad de Princeton, tiene que ver con la comprensión de las ‘singularidades’, un concepto matemático que sí se percibe en el mundo físico. Los fenómenos en que aparecen cambios instantáneos de comportamiento tienen singularidades: la formación de tornados en la atmósfera, cuando un metal se rompe al ser sometido a temperaturas muy altas o cuando el espacio-tiempo se curva tanto que se forma un agujero negro. 

Pero el tipo de singularidades de las que trata el problema de Nash proceden de la geometría y se visualizan con un ejemplo más modesto: si se retuerce completamente un cilindro, el punto entre los dos conos resultantes es una singularidad. Y es que todas las singularidades se pueden imaginar a partir de un objeto liso en que una parte se comprime dando lugar a la singularidad –en el ejemplo anterior, una de las circunferencias que rodea al cilindro se estaría comprimiendo en el vértice de los conos-. Este conjunto que se comprime o colapsa es lo que los matemáticos llaman lugar excepcional

La pregunta es: ¿Qué puede llegar a saberse de esa singularidad? ¿Sería posible, por ejemplo, hacer correr la película marcha atrás y deducir cuál es el lugar excepcional que ha sido comprimido para generarla? Los matemáticos, y en concreto los llamados singularistas, investigan intensamente en estas cuestiones desde la primera mitad del siglo XX.
Así, los singularistas han aprendido, por ejemplo, a extraer información a partir de las posibles trayectorias de las partículas que atraviesan una singularidad –o, lo que es lo mismo, de los posibles recorridos de una canica microscópica rodando por la pared interna del cilindro retorcido–. Estas trayectorias se agrupan en familias según su comportamiento.


Este resultado es un magnífico exponente de este hecho. La idea de Nash fue que existe una determinada relación entre la forma del lugar excepcional y las familias de trayectorias que atraviesan la singularidad. Afirmó que en objetos de dos dimensiones, es decir, en superficies, hay una correspondencia perfecta entre la forma del lugar excepcional y las familias de trayectorias. Nash también sugirió estudiar esta relación en dimensiones superiores. Shihoko Ishii, del Instituto Tecnológico de Tokio, y János Kollár, de la Universidad de Princeton (EEUU), demostraron en su artículo The Nash problem on arc families of singularities. Duke Math. J. 120, no.3, (2003), 601-620, que la relación descrita por Nash no se da en singularidades de objetos de cuatro o más dimensiones. 


Javier Fernández de Bobadilla, natural de Granada, es un joven matemático de 38 años con una excepcional trayectoria científica. Investigador Científico del Instituto de Ciencias Matemáticas e Investigador Científico del CSIC.  En 2009 consiguió uno de los prestigiosos proyectos (Starting Grants) para jóvenes del European Research Council, titulado Topological, Geometric and Analytical Study of Singularities. “Lo importante en este caso ha sido dar con la idea”, explica “Hemos resuelto el problema de Nash con técnicas sorprendentemente sencillas, casi elementales, aunque por supuesto nos basamos en desarrollos previos de otros investigadores”. 
 
María Pe Pereira, burgalesa de nacimiento, es licenciada en Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid en 2005. Actualmente, becaria en el Instituto Jussieu de París.  Anteriormente había participado en la Olimpiada Internacional de Matemáticas en Taiwan en 1998 representando a España. Actualmente está realizando una estancia de investigación en París financiada por una beca de la Fundación Caja Madrid.   “Desde el punto de vista matemático es un problema muy bonito, con un enunciado sencillo, y que además ha podido ser entendido con técnicas relativamente elementales, lo que es una suerte para un matemático”, dice María Pe Pereira, a sus 30 años.

Tomado de: MATEMATICALIA: revista digital de divulgación matemática     

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La matemática al servicio de otras ciencias y en la vida diaria

En este artículo vemos que acciones sencillas como la patada a un balón y rellenar un sudoku, hasta la predicción del clima, detección de tumores, y entender la manera como se mueve la información de internet a través de paquetes son explicados en un lenguaje sencillo, tarea que desde hace unos años viene llevando a cabo el programa Momentos Matemáticos promoviendo asi la apreciación y el entendimiento del papel que juegan las matemáticas en la ciencia, la tecnología, la naturaleza y la cultura humana.



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Las simetrías del universo

Las matemáticas nos ayudan a descubrir la lógica que subyace 
al mundo tan complejo y caótico en el que vivimos. Marcus du Sautoy 
  • Los números y sus leyes conviven con todos nosotros: el año actual, 2011, es un número primo, solo divisible por 1 y por sí mismo; y es más: 2011 puede obtenerse sumando 11 números primos consecutivos...
  •  Hay números recurrentes en la naturaleza, que se esconden detrás de bellas formas simétricas, reveladoras de fuerza y eficacia a la hora de sobrevivir.
  • Con el matemático, escritor y presentador inglés Marcus du Sautoy, Redes se acerca a los misterios de los números para descubrir su belleza y su magia.

Eduard Punset:
He leído tu maravilloso libro sobre simetría, Marcus, y me encantaría que los teleespectadores sintieran lo mismo que sentí yo durante las primeras páginas, en las que evocabas o recordabas tu infancia, cuando alguien, creo que fue un profesor, te contó algo sobre las matemáticas… te dijo que necesitabas saber de qué tratan en realidad las matemáticas ¿no? Gracias a él descubriste un libro con algunos números que luego resultó que eran los de la sucesión de Fibonacci, ¿verdad?
Marcus du Sautoy:
Exacto, sí.
Eduard Punset:
¿Por qué no nos recuerdas lo que pasó y, de paso, tal vez logremos saber en qué consisten realmente las matemáticas?
Marcus du Sautoy:
De acuerdo. Creo que mi profesor intentó revelarme exactamente eso: de qué tratan en realidad las matemáticas. De hecho, de niño yo no quería ser matemático…


Eduard Punset:
¡Querías ser espía!
Marcus du Sautoy:
Quería ser espía, sí, sonaba tan glamuroso… y empecé a aprender muchos idiomas, porque me percaté de que necesitaría comunicarme con los espías rusos… pero los idiomas me parecieron muy frustrantes, llenos como estaban de verbos irregulares y con una ortografía que parecía no tener sentido… yo buscaba algún tipo de lógica y estructura.
También me gustan las actividades creativas: me encanta la música, hago mucho teatro… de hecho, el espacio donde estamos ahora es el mismo en el que estamos preparando una obra de teatro matemática.
Eduard Punset:
¿Aquí mismo?
Marcus du Sautoy:
Sí; por eso te he traído a este lugar de la Oxford University.
Eduard Punset:
Déjame advertir a los telespectadores de que, de vez en cuando, puede pasar un tren, un ferrocarril…
Marcus du Sautoy:
Sí, que no se preocupen cuando suceda, no es que vibre su salón, es solamente un tren, estamos justo debajo de una estación ferroviaria. 
El caso es que me encantan las actividades creativas, y parecía encaminado a ellas, pero entonces, a los doce o trece años, tuve un profesor que me dijo, en plena lección: «Du Sautoy, ¡quiero hablar contigo cuando termine la clase!». Pensé que me había metido en un lío, pero el profesor me llevó aparte y me dijo: «creo que deberías saber de qué tratan en realidad las matemáticas, porque no se limitan a lo que hacemos en clase, no se reducen a las divisiones largas y a los porcentajes, son mucho más apasionantes». Y me recomendó algunos libros, entre los cuales había uno llamado, sorprendentemente, El lenguaje de las matemáticas, que me abrió los ojos a estas historias.
De repente leí sobre la sucesión de Fibonacci y las fantásticas historias que se escondían tras esos números…
Eduard Punset:
¿Nos puedes recordar en qué consiste la sucesión de Fibonacci?
Marcus du Sautoy:
Es una secuencia de números. Empieza así: 1, 1, 2, 3, 5, 8…
Cada número se obtiene sumando los dos anteriores. Descubrí que los números de esta sucesión están entre los favoritos de la naturaleza, porque los hallamos por doquier en el mundo natural…
Eduard Punset:
En las flores…
Marcus du Sautoy:
En el número de pétalos de una flor, por ejemplo… Lo que hizo mi profesor por mí, mediante los libros que me recomendó, es abrirme los ojos a un mundo mágico.
Eduard Punset:
Otra cosa maravillosa que has hecho es escribir este libro sobre la simetría, en el que descubres algo que la mayoría de la gente no sabe, y es que la simetría está en el corazón de la naturaleza, puesto que es la manera que tienen los animales y las plantas de comunicarse.
Marcus du Sautoy:
¡Ah, creo que ahí radica lo fascinante! La simetría, en cierto modo, es el lenguaje de la naturaleza. Ahí estaba yo, intentando aprender idiomas para llegar a ser un espía, cuando descubrí en ese libro que las matemáticas (en concreto, la simetría) también constituyen un lenguaje asombroso. El abejorro del jardín, por ejemplo, tiene una visión muy mala, pero puede distinguir las formas simétricas y sabe que es más probable que tengan alimento. La flor, a su vez, quiere atraer a las abejas para la ayuden a propagar el polen, así que, cuanto más simétrica sea la flor, más posibilidades tendrá de que las abejas la vean y la visiten. ¡Incluso los seres humanos la utilizan! Por lo general, si le muestras a alguien dos rostros, uno artificialmente más simétrico que el otro, y le preguntas cuál es más hermoso, todo el mundo suele decantarse por…
Eduard Punset:
…el rostro más simétrico…
Marcus du Sautoy:
¡El más simétrico! ¿Y por qué ocurre? ¡Pues porque es difícil lograr la simetría! La simetría es muy frágil… Tener un rostro muy simétrico significa contar con un buen ADN y con un buen proceso de desarrollo, lo cual comunica información de que somos una buena pareja. Por eso nos atrae la simetría, porque la simetría transmite información sobre lo buenos que somos como parejas.
Eduard Punset:
¿Pero cómo es posible encontrar simetría también en las rocas o las piedras?
Marcus du Sautoy:
Es cierto: ¡el mundo inanimado también está repleto de simetría! Otra cosa que hay que tener clara sobre la simetría es que, para la naturaleza, resulta increíblemente eficaz. Por ejemplo, si soplo para formar una pompa de jabón, ésta tenderá a adquirir una forma esférica que, en cierto sentido, es la más simétrica, porque se trata de un estado de bajo consumo energético. La simetría es muy eficaz para compactar objetos y darles fuerza. Por ejemplo, el motivo por el que los diamantes son tan resistentes es que el carbono está dispuesto en forma de tetraedro. ¡Y esa simetría es increíblemente resistente!
Otro lugar interesante en el que hallamos simetría es en los virus.
Eduard Punset:
¿En los virus?
Marcus du Sautoy:
¡Sí! ¿por qué son simétricos los virus? Pues porque se aprovechan de que, gracias a la simetría, hay una regla fácil para su replicación, y no algo complicado que se aplica de un modo distinto cada vez. Es la misma norma en todos lados. El virus quiere realizar muchas copias de sí mismo, y la simetría es una manera muy eficaz de lograrlo. En resumidas cuentas, ¡la simetría está por todas partes en la naturaleza!
Eduard Punset:
¡Es maravilloso! Una cosa, he leído también sobre los diagramas, has reflexionado mucho al respecto. ¿Por qué son tan asombrosos los diagramas?
Marcus du Sautoy:
Acabamos de terminar una serie para la BBC llamada La belleza de los diagramas, en la que intentamos explicar el poder de los diagramas para condensar una idea científica. Por ejemplo, en la televisión de Inglaterra hemos emitido un programa que se centraba en el diagrama de Copérnico sobre el sistema solar heliocéntrico. Era un diagrama bellísimo (Copérnico fue el primero que situó el sol en el centro del sistema solar…) Hace más de 500 años. Y fue una idea increíblemente revolucionaria, porque transformó nuestro lugar en el universo, ¡pero lo hizo mediante un diagrama sencillísimo!
Eduard Punset:
Ese gráfico logró trasladar la idea, probablemente por primera vez en la historia, de que los seres humanos no eran el centro del universo.
Marcus du Sautoy:
Sí, y el libro que escribió Copérnico tenía más de 400 páginas y estaba lleno de palabras, cifras y ecuaciones…. Sin embargo, ¡ese diagrama tan sencillo del principio lo resume todo! No hay que seguir leyendo, con verlo basta para saber que el sol está en el centro del sistema solar.
Nos considerábamos el centro de todo, ¡y hubo que desechar esa concepción! Ni siquiera estamos en el centro de la Vía Láctea, el sol está situado en un borde de esta galaxia espiral. Pero creo que resume el poder de las matemáticas, puesto que… [Ruido] ¡Ahí llega un tren!
Eduard Punset:
¡Ahí va nuestro tren! Dejemos que pase. ¡Es fantástico!
Marcus du Sautoy:
Sí, crea ambiente y todo...
Eduard Punset:
¿Hay mucha gente en el tren?
Marcus du Sautoy:
Sí, es un tren de pasajeros con destino a Londres.
Marcus du Sautoy:
Como decía, creo que la belleza de un diagrama radica en que plasma una idea, y las matemáticas funcionan muy bien para eso mismo: para descubrir la lógica y los patrones que subyacen al mundo tan complejo y caótico en el que vivimos.
Creo que tanto las imágenes como las matemáticas trascienden las culturas. Tal vez los teleespectadores de tu programa tengan problemas para entenderme en inglés, y habrá que traducir lo que digo al español, pero las ideas matemáticas sobre la simetría, sobre la sucesión de Fibonacci o sobre los números primos (otra de mis obsesiones) van más allá de las culturas y creo que incluso trascienden el espacio intergaláctico, ¿sabes? Si estuvieran entrevistándome desde la otra punta del universo, nuestra biología podría ser distinta, y nuestra química, e incluso la física… ¡pero creo que las matemáticas serían exactamente las mismas!
Eduard Punset:
¡Es increíble! Has mencionado los números primos. Tenía mis dudas y no sabía si preguntarte sobre ellos, porque yo mismo nunca he entendido bien lo que eran…
Marcus du Sautoy:
¡No eres el único! Los matemáticos tampoco acabamos de entenderlos, ¡son un gran misterio!
Eduard Punset:
¿Habría alguna posibilidad de explicárselos un poco a nuestros teleespectadores?
Marcus du Sautoy:
¡Claro! Mi primer libro (que se tradujo al español) se centraba en el misterio de los números primos. ¿Y qué es un número primo? Pues un número indivisible, como el 7 o el 17. Estos números empiezan así: 2, 3, 5, 7… el 9 no, porque el 9 es 3 multiplicado por 3… así que pasamos al 11, 13… el 15 no, porque es 3 multiplicado por 5… luego tenemos el 17, 19, etcétera. Estos números son los más importantes de las matemáticas, porque todos los números se forman multiplicando los primos entre sí. Así pues, un número como 105 sería 3 multiplicado por 5 multiplicado por 7. En mi opinión, los números primos son como los átomos, como el hidrógeno y el oxígeno…
Eduard Punset:
Los ladrillos del universo…
Marcus du Sautoy:
¡Son los ladrillos que construyen las matemáticas y el universo! Las matemáticas, para mí, consisten en la búsqueda de patrones. Esto es lo que intento hacer, me gusta decir que soy un "cazador de patrones".
Y el gran misterio es el siguiente: ¿hay algún patrón en estos números? Conforme contamos cifras cada vez más altas, ¡se parecen más a números de la lotería que a números con algún patrón! Ahí está el gran reto: ¿podemos encontrar algún patrón en la manera en la que están dispuestos estos números en el universo numérico? Por ahora sigue siendo un gran misterio… de hecho, hay un premio de un millón de dólares para la persona que pueda dilucidar el misterio de estos números tan enigmáticos.
Eduard Punset:
Ni siquiera sabemos cuándo acaban…
Marcus du Sautoy:
Bueno, los griegos demostraron hace 2000 años que nunca se acaban. ¡El más grande que conocemos hasta la fecha tiene casi 13 millones de dígitos! No pienso escribirlo, tardaría un par de meses en hacerlo… Pero sabemos que hay números primos tan grandes como queramos. El misterio radica en si hay una fórmula para descubrirlos.


Eduard Punset:
Pero has sugerido en algún lugar que existe una relación clara con la física…
Marcus du Sautoy:
¡Es muy intrigante!
Eduard Punset:
¡Sí! ¿Cómo es posible?
Marcus du Sautoy:
Nos hemos percatado de que hay ciertos patrones en los niveles energéticos de los átomos grandes, como los del uranio, que comparten propiedades muy parecidas con ciertos patrones de los números primos. Y se trata de un patrón tan marcado que no puede ser una mera coincidencia, creemos que tiene que haber una conexión, y que las matemáticas de la física cuántica pueden ayudarnos a desentrañar el secreto de los números primos. Es como si un arqueólogo descubriera los mismos jeroglíficos egipcios en Sudamérica y en Egipto, y se dijera: "no puede ser una coincidencia, ¡tiene que haber una conexión entre ambas culturas!". Eso mismo pensamos ahora con los números primos, que tiene que haber una conexión entre los primos y este aspecto de la física cuántica.
Eduard Punset:
Y si encontráis la conexión, ¿qué significará eso?
Marcus du Sautoy:
¡Podría tener consecuencias devastadoras para Internet!
Eduard Punset:
¿Para Internet?
Marcus du Sautoy:
Sí, porque los números primos pueden sonar como un concepto matemático críptico y esotérico, pero constituyen la base de la criptografía de Internet. Cada vez que mandas por Internet información sobre tu tarjeta de crédito de un modo seguro… ¡No quieres que nadie pueda acceder a los datos de tu tarjeta de crédito! Y utilizamos algunas propiedades especiales de los números primos para encriptar la información de la tarjeta de crédito y hacerla ilegible.
Para deshacer ese cálculo, hay que entender algo sobre los números primos que ahora mismo desconocemos. Pero sería posible que alguien que entendiera bien cómo funcionan los primos pudiera descifrar los códigos.
Eduard Punset:
Pudiera deshacer los códigos.
Marcus du Sautoy:
Sí. Así que los números primos son, en realidad, algo que interesa a los espías ahora mismo, ¿sabes? Quizá he trazado un círculo perfecto y estudiar los primos me ayude a materializar mi sueño de ser un espía.
Eduard Punset:
Marcus, hay algo increíble… Cuando supimos, hace algunos años, que se había creado una cátedra para Richard Dawkins llamada "cátedra para la comprensión pública de la ciencia" todo el mundo pensó, y nosotros también, que era maravilloso, porque era una manera de recalcar la necesidad de que la ciencia irrumpa en la cultura popular mediante la difusión científica, ¿no? Ahora su sucesor es Marcus Du Sautoy. Me parece maravilloso saber que ahora ocupas la cátedra para la comprensión pública de la ciencia. En Redes llevamos unos 15 años trabajando con ese objetivo. Nos planteamos qué podemos hacer para que la gente sea consciente de que el dogmatismo se está acabando y de que, de repente, la ciencia puede ayudar a configurar un mundo nuevo, mucho más altruista… ¿Cuál es tu opinión sobre la comprensión pública de la ciencia?
Marcus du Sautoy:
Creo que tienes toda la razón. A mediados de la década de 1990, fue la primera cátedra de este tipo. Vivimos en la era de la ciencia, y los asuntos científicos repercuten en nuestra vida cotidiana, ya hablemos del cambio climático, la medicina o los recursos energéticos.
Es un cargo fundamental y considero, en cierto modo, que es como ser embajador del mundo de la ciencia porque, para mucha gente, la ciencia es como un país extranjero: no entienden el idioma, no entienden la cultura, y necesitamos embajadores para explicar lo que hacemos, cómo influimos en la sociedad, ¡pero también al revés! No se trata, como decías, de explicarle la ciencia a la gente de manera dogmática y esperar que la entienda, sino que hay que entablar un diálogo para saber cuáles son las preocupaciones del público y qué es lo que no queda claro; eso es lo que tenemos que abordar.
Por tanto, creo que es un proceso que va en las dos direcciones, y las redes sociales nos pueden ayudar mucho. Ahora hay una enorme comunidad científica en Twitter que interactúa de un modo muy activo con la sociedad, y me parece un avance muy positivo.
Eduard Punset:
Te mereces la cátedra, no solamente por tus conocimientos matemáticos, sino porque sabes entretener al público. Tras años de docencia, he aprendido algo en la universidad: si no entretienes a los alumnos, ¡no vas a poder enseñarles nada!
Marcus du Sautoy:
Creo que lo que dices es crucial porque, por ejemplo, muchas personas escogen un libro sobre simetría porque buscan entretenimiento. No necesitan sentir que les están enseñando cosas…. Sin embargo, ¡por el camino podemos despertarles el interés por las ideas intelectuales! Pero tienes toda la razón del mundo: se trata de alcanzar un equilibro y de entretener… al fin y al cabo, ¿por qué decidí dedicarme a la ciencia? Porque me encanta lo que hago, me gusta leer sobre temas científicos, adoro descubrir cosas nuevas, ¡disfruto con mi trabajo! E intento trasladarle al público esa pasión y diversión, intento decirles: «¡mirad qué historias más fantásticas podemos contaros!» 
Eduard Punset:
¿Qué me dirías si te dijera que no se me dan bien las matemáticas?
Marcus du Sautoy:
¡Ajá! Me lo dicen tantas veces… ¡Mi respuesta es que todo el mundo tiene capacidad para las matemáticas! Eso no significa que todos tengan que dominar el cálculo mental, pero la aritmética, como me dijo mi profesor, no es de lo que tratan las matemáticas. Las matemáticas tienen que ver con la búsqueda de patrones, con la búsqueda de estructura y lógica en el mundo que nos rodea. Creo que nuestro cerebro ha evolucionado para las matemáticas, porque sin matemáticas no sobrevives en el mundo. Si no sabes geometría, no puedes juzgar las distancias, no puedes capturar a tu presa y se te va a escapar. Si no sabes contar, no sabrás si tus adversarios te superan en número y si tienes que luchar o huir. Los que saben matemáticas son los que han sobrevivido, y por eso todos tenemos cerebros matemáticos, en mi opinión.
Marcus du Sautoy, matemático de la Universidad de Oxford, Reino Unido.
 
tomado de: http://www.rtve.es/television/20110206/redes-simetrias-del-universo/402059.shtml
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